Ayer te vi, necesitaba hacerlo y no fue casualidad. Te busco desde la última vez y lo hago en cada sonrisa, en cada mirada perdida, en muchas manos, en cada rubia y hasta en mi almohada, pero no te encontraba hasta que te vi ayer...

Como en una canción de Sabina

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Recuerdo que yo no estaba muy sereno, quizas incluso poco cuerdo. Pero es que
fue verla y decirle a mi compañero de piso...
- No se porqué pero voy a invitarla a un cigarro que creo que lo necesita
... Un cigarro, buena musica y una luna que iluminaba hasta nuestros "sentíos",
nos hizo acabar en mi desecha cama.
Por la mañana mi compañero preguntaba si seguia aqui:
- Si (le dije)
- mientras no deje el cepillo de dientes... (dijo él)
A los dos dias nos estaba comprando uno a cada uno.
Poco a poco se metío en la vida de todos y sin darnos cuenta empezó a hacerse
imprenscindible para nosotros y su energia y cordialidad nos iba cautibando.
Yo, solo quería sexo y poco más, me agobiaba que de pronto estubiera en mi vida
sin comerlo ni beberlo. El dueño del piso me dijo que "o follamos todos o
tiramos la puta al rio".
La defendí a capa y espada al igual que mi compañero y fue cuando empezamos a darnos cuenta de lo importante que sería en nuestra vida.
Una mujer que no te escucha casi nunca, con la que es imposible quedar a una
hora, que te abandona en cuanto algo le suena raro... Tenía todo lo que odío y
mucho más.
Lo peor es que todo lo que no me gustaba de ella era lo que me enamoraba, esa libertad de hacer y decidir de verdad y a quien no le guste...
Nos quisimos mucho, discutimos, volvimos a querernos, nos ayudamos con nuestros problemas y otra vez nos quisimos. Le pusimos nombre a eso, "drogaina".
En pocos días pensabamos en como definirnos, nosotros que odiamos las
definiciones, pero quedamos en que eramos mi chica o mi chico.
Se iba y no volvía en dias a veces y la informalidad que odiaba o amaba se
convertía en desesperacion por mi parte y aunque yo pensaba que la quería, era puro egoismo.
Se cansó de que yo le pidiera lo que ella no podía darme y el mismo día que
tenía un juicio se fué de mi casa enfadada.
Lo siguiente que supe de ella fue por parte de su abogada, que le preparase una
bolsa con la ropa básica que estaba en la carcel. Mi corazón dió un bote y la
tristeza me inundó durante meses.
Aprendí a olvidarla y mucho mas...
Hace poco me llegaron unas cartas que me escribío desde la carcel, se había
equivocado de dirección y me llegaron demasiado tarde para darme cuenta que
ella aprendió a quererme, pero la perdí porque el que no aprendía era yo. No me daba cuenta que si a un pajaro le cortas las alas solo se queda contigo porque
no lo dejas volar.
Es posible que lo haya soñado, porque estas cosas no me suelen ocurrir a mi,
pero aun así, repetiría este sueño todas las noches deseando sentir esa "drogaina" de nuevo.
A mi chica

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Tan bicho como yo

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Yo tenia un periquito al que nunca le puse nombre, pero al parecer había que llamarlo de alguna manera y lo acabaron llamando perico, tambien tube un huron que un furtivo (o a saber) abandonó porque estaba tuerto pero no se si era de los palos que le habian dado, luego vino su pareja, blanca como una novia. El se llamaba uri y ella ura, pero porque mi pareja se empeñaba en que se llamasen de alguna forma.
Antes de todo eso tube un perro, ¿Adivina como se llamaba?... ¡Efectivamente!, pero mi pareja de aquella epoca le puso nombre y se acabó llamando nicolas.
Ahora tengo una perra que se llama Nica, (nicolasa) en memoria de nicolas, pero esta vez y aunque hubo antes una votación, se llamó como yo quise, porque visto lo visto hay que ponerle nombre a algo que va a pasar a formar parte de mi " y pa que se lo ponga otr@..."



Hubo una epoca en la que trabajaba muy cerca de mi casa y casi que preferia ir andando que sacar la bici, y es cuando llegó perico. Un vecino me lo trajo, lo habia comprado en un mercadillo para su hijo y estaba medio muerto, no es el primer pajarito que he tenido y no daba un duro por el, pero no le pasaba nada, solo tenia que comer y beber bien. Cuando ya estaba lustroso apredió lo divertido que era salir por la ventana de la cocina y entrar por la de cualquiera de las habitaciones, viviamos en un sexto. Al poco se venia conmigo al trabajo, yo me tomaba el cafe y el se despertaba y se me quedaba mirando, era como un ritual, al rato yo salía para el trabajo y cuando estaba en la calle el hacía un picado desde el balcon y terminaba en mi hombro, hasta que yo llegaba al trabajo y se volvía a casa. La primera vez pensé, lastima que nadie me ha visto, luego se convirtio en algo tan cotidiano que hasta los vecinos lo veian normal y si no venía conmigo me preguntaban o mi pareja me llamaba al trabajo porque aun no habia llegado a casa... Un dia desapareció y nunca regresó.
Lo de uri fue amor a primera vista, trabajaba lejos y madrugaba mucho y a eso de las cinco, se me cruzó por el camino algo que yo pensaba que era una "peazo rata", me llamo la atencion que soltaba un reguero de sangre, despues de andar unos metros más, frené la bici y me volví, tenia toda la cara sangrando, un ojo a la virulé y me recibió con un cariñoso mordisco. Dejó de morder no por cariñoso, llegaba a casa por las tardes, me sentaba, se me subia encima como un gatito y me mordía entre el dedo gordo y el indice... y no soltaba. Bueno, hasta que me empezé a huntar una guindilla donde solía morderme. Ese me veia vestirme para salir y se me subia por las piernas hasta llegar a la cabeza y meterse debajo de una gorra que me ponía mucho.
De nicolas ni hablemos, por mi vida han pasado animales de todo tipo y aunque no tenian nombre, los recuerdo a todos, pero es que "perro", que era como se llamaba realmente (por si no lo adivinaste mas arriba), fue una relacion amor-odio desde el comienzo, era irme de casa y me lo destrozaba todo, pero si yo estaba con él, era buenisimo, pero cuando en relidad descubrí la capacidad de razonamiento (a su manera) que puede llegar a tener un animal de este tipo es cuando lo dejé libre. Salía a trabajar y literalmente lo dejaba en la calle, el primer día estube todo el tiempo sin poder concentrarme en el trabajo pensando en si había sido muy cruel con "el bicho", al poco, si me retrasaba un poco en llegar a casa, en el bar donde me tomaba mi cervecita antes de llegar, me decian...
-¡Antes ha venido tu perro buscandote!
¿Que por que cuento esto? Pues es que hace un rato un amigo me queria hacer ver que el tener un animal no te cambia la personalidad, que ellos son los que se adaptan a ti, a esa forma de vivir y los mas listos a lo que le enseñes. No voy a discutir sobre eso, pero es que esa no es la cuestion, la realidad es que yo seré como soy por lo que sea... pero en ese lo que sea, tambien estan perico, uri, nica, nicolasa, todos los que no tubieron nombre y todas las parejas que quisieron ponerle uno.
A mi amigo Javi
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Que te quiera...

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“Que te quiera sin filtros, 
con los dientes chuecos,
con la mirada perdida
y el pelo hecho un desastre.

Que te quiera recién despierta,
cuando estás insoportable,
cuando las ilusiones mueran para ti
y las estrellas sigan el mismo camino.

Que te quiera cuando seas Sol
y ardas
y quemes a cuantos te rodeen:
que entienda que eres caótica e infernal
y que aún así, siendo huracán e infierno,
se quede
para besarte las costillas,
los lagrimales,
la vida.

Que te quiera con tacones y con vans,
con vestido y con el deportivo,
con ropa y vulnerable,
sin miedos y con valentía.
Que sepa que para entrar a chicas como tú
se necesita despedirse de la cobardía.

Que te quiera en tus peores momentos,
que esté ahí para pelear contigo
y que pelee por ti cuando no tienes ánimo.

Que haga amanecer cuando quieres que el día termine
y quieres poner tu cabeza sobre su pecho
y encontrarte en cada latido
y comprobar que aún no estás muerta.”

Via elchicodeayer
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El día de la camiseta colorá

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Esta historia comienza un día antes con una batería de preguntas al estilo Superpop, que me hizo Mar. Ya sabéis, cual es tu comida favorita, el horóscopo, el color, tu postura preferida del Kamasutra, esas cosas que todo el mundo necesita saber de otra persona y que sin ellas tu propia existencia pasaría desapercibida para el resto de los mortales.
El caso es que, cuando me preguntó por mi color preferido contesté rojo sin dudarlo, algo que es cierto pero no del todo, porque conmigo eso va un poco por rachas o por días. He tenido épocas de grises y marrones, de negro (que combina con todo), de amarillo y sobre todo de verde, de este color sigo teniendo muchos días.
El caso es que para ser mi color preferido, no tengo ninguna prenda así, excepto mis zapatillas un poco ya rotas y gastadas a las que le tengo el aprecio que se le puede tener a un calzado cómodo. Esto último es algo extraño que nos pasa a la mayoría de los terrícolas, cogerle cariño a una prenda, ¿quien no tiene en su armario una vieja camiseta, gastada por el tiempo y ya incluso roída?. Es curioso como podemos tener en tan alta estima algo que si viera tu madre no dudaría ni dos segundo en tirar o utilizar para limpiar la encimera.
Pues al salir por la mañana a la calle hice un sobrehumano esfuerzo y fui raudo y veloz a comprarme una hermosa camiseta roja en una tienda de chinos.
Por supuesto le conté a ella esta gran noticia, ya que ni en la prensa ni en las noticias alguien había comentado, ni de pasada siquiera, este acontecimiento tan extraordinario.
Ella, dicharachera y risueña como siempre me animaba a ponérmela y salir a conquistar los corazones de bellas damiselas que se supone caerían rendidas a mis pies ante tamaña gesta.
Asentí un poco a regañadientes, pero rápidamente mi alma de mercenario vio la oportunidad de sacar algo a mi favor y le propuse un trato. Yo escribiría la historia de mi día con la ya famosa camiseta y ella vendría a visitarme desde las lejanas tierras de Morón.




Así que por la mañana, junto a mi fiel escudera canina, me enfundé mi flamante camiseta, ensayé una medio sonrisa seductora frente al espejo donde siempre descubro una nueva lagaña, aunque ya me haya lavado la cara y salí a la calle dispuesto a comerme el mundo.
Por algún extraño motivo no había mucha gente por la calle, aunque igual no tan extraño si pienso que es julio y mucha gente se ha ido o que igual las siete de la mañana de un martes no es la mejor hora para ligar, llamemosle X…
Cuando casi terminaba nuestro paseo matutino vi a una mujer con la que ya me había cruzado alguna vez dándole amablemente los buenos días y recibiendo una no-respuesta por su parte.
Se le notaba que no le apetecía tanto como a nosotros el obligado paseo con su mascota, eso es algo que los que tenemos perro desde hace mucho, intuimos rápidamente, aunque también ayuda el oírla decir a su perro con la voz muy grave:
-!!No doy ni una vuelta más, o cagas o me voy!!
Que delicadeza en sus modos, que saber estar, cuanta dulzura en sus palabras…
En fin, que me dije, esto es lo que hay, así que al ataque que solo se trata de jugar al viejo juego de la seducción y no de casarme con ella.
Me vestí con mi antes ensayada sonrisa, me ahueque un poco el flequillo y con la seguridad que da el tener una camiseta colorá, le planté un sonoro y a la vez animado ¡¡Buenos días!!.
Ni caso me hizo oye, siguió su camino y se fue. FIN…

…Si, fin, se acabó, de echo estoy escribiendo todo esto para rellenar, con los dos párrafos anteriores ya hubiera sido suficiente, porque las otras dos veces que salí ese día no me crucé con casi nadie, porque a las horas que eran y en plena ola de calor, en Sevilla no encuentras ni a una triste lagartija en la calle, así que no digamos humanos, a excepción de algún descerebrado con su colorida camiseta y su gorra negra que combina con todo, claro.

Ya de noche estuve chateando y luego hablando con ella, por supuesto, no le dije nada de mi día con mi maravillosa camiseta, mas que nada porque como veis la historia no da ni para hacer un spoiler.
Lo pasamos muy bien ese rato, hablamos casi hasta el amanecer de muchísimas cosas entre risa y risa , les pusimos nombres a emoticonos chinos (el guachinlu, el míralo él…) e incluso nos acariciamos en la distancia y dormimos juntos. ¿Difícil eh?, ¡pues se puede hacer!, dejamos los smartphones a nuestro lado y nos oímos dormir, escuchaba su respiración tan cerca mía que sentía como si pudiera abrazarla y ella notaba como la abrazaba yo. Todo tan romántico, que aún ahora sigue retumbando en mi cabeza los gritos de desesperación que daban Romeo y Julieta bajo su losa.
Al final, hubo un momento, un breve instante justo antes de quedarme dormido, en el que pensé que en que forma tan extraña un aciago día se había tornado en una maravillosa noche. ¿Sería por la camiseta?
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Si hoy no puedes dormir

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Si no puedes dormir, tengo un rinconcito para que te entretengas y si puedo, hacerte feliz.
Hay historias de princesas, de príncipes sin espada, de osos y hasta de nada, cuentos de los de hadas, opino de lo me me viene en gana, me invento canciones y tonadas y hasta algún verso suelto hay aquí.
Te pongo la música que tu quieras, te cuento mi vida entera, te saludo y te despido por que de todos es sabido que donde hay principio hay fin.
Te levanto un poco el alma, sin prisa, con calma, porque este humilde escritor quiere poner música a tus sueños igual que si te hiciera el amor.
Di adiós a noches en vela y no te acuestes sin leerme, sólo déjame valerme de mi pluma, que aunque no sea verdadera siempre reluce bajo la luna.
Deja que te cuente mil historias, de las que encuentro en mi memoria, de las que se cuecen a fuego lento, que las tengo para todos lo gustos y si no te gustan te las invento.
Así que ven a visitarme esta noche, con la mente y el alma abierta como la de un niño feliz, que te contaré sin reproches mis días que no hacen ruido o mis frías y largas noches, susurrándote al oído, mis letras hablan de ti.
Perdona mis erratas, algunos cuentos no resueltos, si mi prosa no es muy bella o mi poesía no es hermosa. Te exprimo mi corazón, utilízalo como ungüento que solo te pido una cosa...

...que no se lo cuentes a ella.

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La gran historia del Aleluya de Händel (El mesías)

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Al mediodía del 13 de abril de 1737, Christof Schimdt, el asistente de Händel sorprendido por un golpe sordo en el primer piso corre al cuarto del maestro y se lo encuentra semincosciente en el suelo, entre él y uno de los criados de la casa cargan con el enorme cuerpo de Hëndel y lo acuestan mientras Schimdt corre a buscar asistencia médica.

Pronto vuelve a casa con el dr. Jenkins que como se solía hacer en la época le hace una sangría y logra que recupere el conocimiento, Händel ha sufrido una apoplejía y tiene la mitad derecha del cuerpo paralizada.

Después de ese ataque la vida para él se vuelve muy pesada, Händel es un genio que necesita de la música para vivir, solo disfruta cuando algún amigo toca para él, luego vuelve a hundirse en la apatía, el médico a la desesperada decide aconsejarle que tome los baños calientes en Aquisgran, quizá eso le proporcione cierta mejoría.

Händel se agarra a la vida como un naufrago a una tabla, en Aquisgrán desoyendo los consejos médicos que le advierten de la peligrosidad de tomar las aguas durante más de 3 horas se mete en el agua a veces durante 9 horas, y en vez de morir se sucede el milagro, una semana después ya era capaz de arrastrarse, a la segunda puede mover su brazo derecho, y poco a poco va recuperando movilidad.

El ultimo día en Aquisgrán entra en la iglesia, nunca había sido especialmente religioso pero ahora recuperada la movilidad se siente objeto de un milagro, en el coro se fija en el órgano y posa las manos sobre él, su mano derecha le obedece perfectamente y toca poseído por una pasión sobrehumana que hace las delicias de las monjas y fieles que en aquel momento le escuchan.

A partir de ahí vuelve a Londres, son malos tiempos, la muerte de la reina, la guerra contra España, los teatros están vacíos, no hay publico, nadie escucha sus obras, Händel se siente de nuevo hundido por el destino.

El 21 de Agosto de 1741 fue un día de calor insoportable, Händel pasea por la noche por Green Park para aliviar su depresión, cuando vuelve a casa todo el mundo duerme, sobre la mesa encuentra la petición de un poeta amigo suyo de componer música para un poema sobre el Mesías.



Hándel quiere dormir, prefiere dejar el tema para mañana, pero las frases consolaos, así habló el señor y aleluya obran sobre su torturada alma de genio el efecto de un bálsamo, poseído de una energía desconocida se levanta de la cama y empieza a componer.

Cuando al amanecer un criado entra en su habitación e intenta dirigirse a él, Händel ni le contesta, como poseído no hace más que trabajar. Durante 3 semanas vivirá en éxtasis, sin acordarse del tiempo, ni de comer, cuando le traían comida con la mano izquierda agarraba alguna cosa y mordisqueaba unos bocados, a continuación seguía componiendo y componiendo y probando sus partituras, se levantaba, tocaba el clavicordio, cantaba y volvía a sentarse y seguir componiendo, al final la obra está completa, como un borracho Händel cae sobre la cama y duerme el sueño de un auténtico coloso.
Händel duerme durante 17 horas, en su casa temen que el ataque se haya reproducido y vuelven a buscar al médico, cuando ya entran en su casa el criado les advierte que no es necesario:” ya ha despertado, y ahora está comiendo como seis descargadores”, en efecto Händel sentado en una mesa llena de viandas, como un señor feudal, una vez habiéndose repuesto del sueño satisface a su gigantesco cuerpo del hambre de 3 semanas.

Meses después de estos episodios, dos hombres llaman a la puerta de una casa en Abbey Street, alquilada por Händel mientras vive en Dublin, en ese tiempo Händel ha deleitado a la ciudad con obras exquisitas y ahora va a estrenar (antes que en Londres) su nueva obra, el Mesías, en Dublin, en reconocimiento al cariño que le profesa esta ciudad.

En vista de lo extraordinario de este concierto era de esperar que los beneficios también lo fueran, y estos hombres venían a preguntar que si el maestro con su generosidad ya conocida (Händel unía a su genialidad como músico una extraordinaria calidad humana) no querría destinar los beneficios de la primera representación a las instituciones de beneficencia que ellos representaban.

Händel acepta, simplemente les pide que le expliquen a que instituciones irían destinados los beneficios, uno de los hombres le dice que a los presos de diferentes cárceles, el otro que a los enfermos del hospital Mercier, a continuación le recalcan que solo los ingresos de la primera representación.
No, contesta Händel, serán todos, nunca cobraré un penique por esa obra, serán siempre para los presos y para los enfermos porque yo también fui un preso y un enfermo y aquel que me la inspiró me sanó y me liberó.

El 13 de Abril de 1742 es la representación, una tremenda multitud (700 personas, cantidad hasta entonces nunca alcanzada) se agolpa ante las puertas, los hombres han venido sin espada y las damas sin miriñaque para poder aprovechar más el espacio, la genial obra lleva al éxtasis a los oyentes que al final atronan con sus aplausos, Händel se aparta a un lado para no ser el destinatario de ellos y dar a entender que es Dios realmente quien debe recibirlos ya que le ha inspirado esta genial creación.




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Entre meigas. Final

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Lo de nosotros duró lo que dura el deseo, la manzana prohibida que cuando la comes ves que no deja de ser una manzana y deja de atraerte. Cuatro días creo, pero de todas formas yo seguía yendo al bar todas las noches que a esa hora estaba muy tranquilo y ya había empezado a conocer a la escasa clientela y sus animadas tertulias nocturnas. Por otro lado, era todo muy familiar y me gustaba cenar allí, era raro el día que no pasara un "enganchado" con un cubo de algo que había pillado en la lonja y que vendía barato. Yo solía comprar el cubo si se veía que el "material" era fresco y Lourdes lo cocinaba para todos, tengo que admitir que era una gran cocinera. Y así pasamos varios días de una monotonía que me gustaba, de esas en las que empiezas a sentir que estas arraigando y te sientes tan a gusto como en casa.



Estuve unos días con gripe y me tuve que quedar en cama, no soy de esos que a la mínima falta a sus quehaceres cotidianos, pero esa vez estuve varios días con una fiebre alta que me impedían hacer nada. Las chicas de la casa me cuidaron como nadie, ya nos conocíamos bastante bien, pero fue en esos días cuando más noté el cariño que les faltaba, que era el mismo que vertían en mi, para ellas era como su niño, como un juego que deseaban se tornase en realidad, deseosas de cuidar y ser cuidadas y de dejarse tratar como ellas sabían hacerlo si alguien les daba la oportunidad.
No me faltaban mis platitos de sopa casera, o lo que Lourdes me hacía llegar a través de ellas y así pasé una gripe que por momentos y egoistamente deseaba que hubiese durado más.

Cuando quise darme cuenta, a la obra le quedaba escasamente una semana de trabajo y ya había avisado a Silvia para que me buscase billete para volver al siguiente domingo. Era lunes y probablemente terminaríamos el miércoles, pero me apetecía quedarme un poco más y pasar ese tiempo con las muchas personas que había conocido y despedirme de ellas sin prisa.
Llegó el viernes y me pasé por el bar a comer, Lourdes no estaba, Karla me dijo que tenía cosas que hacer en casa, pero además me tenía preparada una sorpresa, había un tal José que quería consultarme algo sobre una empresa dedicada a la construcción y que tal vez si yo le caía bien pudiéramos hacer algún trato beneficioso para mi. También me avisó de que era un "mafioso" del lugar y que aunque no me hiciera falta que fuera con cuidado.
Al llegar la tarde me encontré con José, era un hombre de unos cincuenta y pocos, bajito pero de complexión fuerte, hablaba muy pausado y sin tapujos con un marcado acento gallego. Me contó que un socio suyo le debía dinero y como no podía saldar la deuda le pagó con el local donde antes había una empresa de la construcción. El no tenía ni idea sobre el tema y buscaba a alguien que le asesorase o mejor aún que le llevara la empresa, que aunque en esos momentos no estaba operativa, tenía toda la infraestructura creada, cartera de clientes y todo tipo de herramientas y maquinas incluso.
Vimos el local y cenando junto a una mariscada regada de buen Riveiro cerramos el trato. Le dije de tomarnos una copa "donde siempre", ya no por la copa en sí, sino por poder contarle a todo el mundo que me quedaría por allí una buena temporada y con un sueldo espectacular.
Al llegar al bar, José dio un "pico" a Lourdes y me dijo:

- Ya conoces a mi señora, ¿Verdad?
- Si, contesté yo

En ese momento no sabía ni que decir, no me lo esperaba y aún menos entendía que ni Karla ni Lourdes me hubieran dicho nada. No le di mayor importancia, aunque por dentro me sentía engañado y utilizado, pero nada iba a estropear mi momento de gloria.

Al día siguiente (sábado) aún seguía pletórico, había llegado allí contento por ser encargado y me iría para volver como gerente de una empresa, ¿me podía sonreír más la vida?. Ese mismo día conocí en el bar a una chica con la que hablé mucho y ya por la tarde y después de haberme contado casi toda su lastimosa vida le dije que se viniera conmigo a Barcelona que yo le pagaba el billete y la dejaba alojarse en mi casa mientras encontrara trabajo. En aquellos días era fácil encontrar algo en la gran ciudad y habitaciones libres me sobraban en mi piso.
Lourdes escuchó toda la conversación y parecía incluso algo enfadada ¿celosa tal vez?, no, me dije, en realidad no hemos tenido nada y si alguien debe estar enfadado soy yo por no haberme dicho que estaba casada.

- Pero ¿vas a volver a Barcelona?, me dijo
- Si, mañana. Tengo cosas que arreglar antes de venirme definitivamente
- ¿Pero le estás diciendo a ella que se vaya contigo?
-  Claro, le dije, todo el mundo se merece una oportunidad, además tengo sitio y seguro que encuentra trabajo y en el caso de que no sea tan rápido y tenga que venirme tengo amigos/as a los que no les importará alojarla unos días o incluso puede quedarse en mi casa y así cuida de mi perro y mis cosas.

Esa era otra, mi fiel Nicolas, estaba en casa de Silvia y lo echaba tremendamente de menos, sobre todo paseando por la desierta playa cuando empezaba a amanecer, como tantas veces habíamos hecho en Barcelona.

Subí a mi habitación a ducharme, preparar las maletas y despedirme de mis compañeras de piso. Mientras me duchaba escuché voces fuera y me dispuse a salir para ver que pasaba cuando de repente José abrió la puerta del baño de una patada y sin casi poder reaccionar me dió un puñetazo y me vi encañonado por una pistola que portaba en el bolsillo de su chaqueta. Me quedé helado de miedo, mientras él me amenazaba con matarme si al cabo de una hora seguía por allí.

Me contaron las chicas que al parecer Lourdes le había contado lo poco que habíamos tenido y él después de emborracharse, enfurecido me estuvo buscando hasta que le dijeron donde me alojaba. Me contaron que era un hombre muy peligroso y que mejor hiciera caso y me largara esa misma noche si apreciaba mi vida.
Hice las maletas en un momento, cogí un taxi y pasé la noche en la estación de tren esperando al mio que salía a las ocho de la mañana. Justo antes de subirme vi en la recepción a la chica con la que hablé el día anterior, no llevaba maletas así que deduje que no iba a venirse conmigo y que seguramente quería decirmelo y despedirse. No le di la oportunidad de hacerlo, solo quería irme de allí y olvidar todo lo que había pasado.

En el viaje de vuelta y ya más relajado, también conocí a alguien, fue como en una de mis canciones favoritas de Sabina, pero como no me apetece escribir sobre eso ahora, os dejo abajo la canción y haced volar vuestra imaginación.

Tiempo más tarde regresé al mismo sitio para hacer un mantenimiento de los equipos que montamos, pasé por delante del bar sin animo de entrar, pero estaba cerrado y se notaba que desde hacía un tiempo. A quien si tenía ganas de saludar era a mis cariñosas compañeras de piso que se alegraron mucho de verme y de que me acordara de ellas, desayunamos juntos y esta vez si, nos despedimos con un hasta siempre...


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Sobre el autor

Bienvenid@ a mi pequeño homenaje a los inicios de todo esto, cuando un blog era una bitácora, un espacio personal donde contar las vivencias del día a día. O tal vez lo haga por aquel diario que empecé tantas veces en mi adolescencia y nunca fui capaz de llevar adelante. Sea como sea, una forma de desahogar mis pensamientos y dejarlos plasmados para no olvidarlos nunca. Estas son mis historias...

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